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History of Spain
El Cardenal Cisneros: “Señores, estos son mis poderes”
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Francisco Jiménez de Cisneros, cuyo nombre de pila era Gonzalo, fue un religioso y político, que ostentó los cargos de cardenal, arzobispo primado de Toledo, tercer inquisidor general de Castilla y por dos veces regente del Reino de Castilla. Es conocido como el Cardenal Cisneros.

De familia originaria del pueblo de Cisneros,, en la provincia de Palencia, nació en la localidad madrileña de Torrelaguna, en 1436. Se formó en el Estudio General Franciscano de Alcalá de Henares así como en Salamanca y Roma, ciudad en la que vivió nueve años y donde fue ordenado sacerdote.

Tras fallecer su padre vuelve a España accediendo al cargo, que estaba en disputa, de Arcipreste de Uceda, lo que le acarreó la cárcel, por enfrentarse al arzobispo Alfonso Carrillo de Acuña. Gracias al apoyo del cardenal González de Mendoza terminó siendo capellán mayor de la catedral de Sigüenza y vicario general de dicha diócesis.

Una crisis espiritual le lleva a ingresar en la orden de San Francisco retirándose a la vida monacal de oración, ayuno y penitencia, y cambiando su nombre de Gonzalo por el de Francisco en honor al fundador de la orden, San Francisco de Asís. Llevó a cabo la reforma de la orden monacal para seguir la estricta observancia de la regla de San Francisco; años después será nombrado superior provincial de los franciscanos de Castilla.

Cuando tenía 56 años, la reina Isabel la Católica, por recomendación del cardenal Mendoza, elige a Cisneros como su confesor, cargo que aceptará, con la condición de no vivir en la Corte y poder seguir con su vida conventual; además de ser su confesor se convertirá en consejero de la reina en temas de Estado.

Tras el fallecimiento del cardenal Mendoza, Cisneros fue consagrado arzobispo primado de Toledo y también nombrado canciller mayor de Castilla por decisión de los Reyes Católicos. A pesar del poder que ostenta seguirá residiendo en el palacio Episcopal llevando una vida ascética, comiendo frugalmente, alejándose de las mujeres y durmiendo en un jergón que guardaba debajo de la cama.

Durante el reinado de los Reyes Católicos, Cisneros participó y contribuyó decisivamente en la configuración del nuevo Estado así como en la reforma de la iglesia.

En 1499 se traslada a Granada con el encargo de asumir la evangelización del reino Nazarí. Se desplazó a la ciudad de la Alhambra con letrados, catequistas y capellanes para conseguir la cristianización del último reino musulmán en la península ibérica. En esta época reorganizó la misión de indias y comenzó a mandar misioneros al nuevo mundo para la evangelización. Participó activamente en la defensa de los derechos de los indígenas, que tenían que ser tratados como vasallos libres de la Corona de Castilla, de acuerdo a las instrucciones de la reina Isabel.

Cisneros comprendió la importancia de la educación y la cultura en el progreso de los pueblos. Promovió la Universidad de Alcalá de Henares, un centro de enseñanza renacentista y humanista, a la que dotó de una gran biblioteca. Asimismo edita la Biblia políglota en sus versiones originales: hebreo, griego y arameo, junto a su traducción latina.

Entre sus medidas administrativas se llevo a cabo la ordenanza de Cisneros por la que se establece la obligatoriedad de la identificación de las personas con un apellido fijo a partir del apellido del padre, pasando a ser éste el de todos sus descendientes. Se evitaban de esa manera frecuentes confusiones al identificar a las personas con su nombre propio, seguido de apellidos, motes, lugar de procedencia u oficio.


En 1504 con la muerte de la reina Isabel, es nombrada reina de Castilla su hija Juana casada con Felipe el Hermoso, falleciendo éste al poco tiempo. Ante la incapacidad de la reina Juana para reinar, se formará el consejo de regencia presidido por Cisneros, entre 1506 y 1507, en espera de la llegada de Fernando el Católico desde Nápoles para asumir el gobierno de Castilla. Por esta labor Cisneros será gratificado con el cargo de inquisidor general de Castilla y además le será otorgado el capelo cardenalicio.

Con la muerte en 1516 del rey Fernando el Católico, Cisneros por disposición testamentaria del rey, será nombrado, por segunda vez, regente de Castilla, entre 1516 y 1517. Tenía entonces 80 años. Al poco de asumir la regencia recibió la visita de varios representantes de la alta nobleza castellana, los cuales de forma insolente cuestionaron su legitimidad. El cardenal les condujo frente al balcón y mostrándoles las tropas acampadas, les dijo: “Señores, estos son mis poderes”.

Cisneros no llegó a conocer al nuevo príncipe Carlos que venía de los Países Bajos para coronarse como rey de Castilla y Aragón, con el nombre de Carlos I, pues ya muy enfermo, falleció en el camino, cuando iba a recibirle, en 1517.

Documentado por
José Manuel Fuentes
FUNDACIÓN CISNEROS